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Apuntes Martes 19 de Mayo

| domingo, 7 de junio de 2009

Apuntes elaborados a partir de los de Arantzazu, Berenice y Laura, corregidos y ampliados por Alberto. Muchas gracias a todos.

19 de Mayo, Martes
La Escuela de Madrid

La arquitectura contemporánea madrileña la podemos clasificar en 3 períodos: la recuperación de la modernidad o la recuperación de la modernidad (vista ya en las clases anteriores), la Escuela de Madrid, y nuestro presente o la contemporaneidad.

La Escuela de Madrid está vinculada a la década de los 70 y los 80, pero sin fechas exactas. La muerte de Franco no supone un corte transcendente en la arquitectura española o madrileña. Y tampoco lo hará el 78. Habrá que esperar hasta 1992, el Spanish Year, que precede a la crisis económica del 93 en la que la arquitectura será reflejo instantáneo de lo que pasa.

Años 70-80.
La escuela de Madrid, una fábrica de arquitectos para toda España, en la que coincidirán muchos profesionales de distintos lugares.
El grupo de Madrid se hace escuela a finales de los 60, al acceder a la docencia en la escuela.
La escuela se hace “locus” (Rossi™) de arquitectura: se enseña, se elabora, se reflexiona y se piensa en la ciudad.

Escuela de Madrid / Escuela de Barcelona. Oriol Bohigas expresará esa creación de escuela en ambos lugares, y será el que creará un locus en Barcelona que cristalizará en la operación urbana propiciada por la Olimpiada del 92.

En la idea de Escuela, los alumnos forman parte de la escuela, de su pensamiento, lo que se traducirá en la ciudad, se forma un ideal. Implicaba laboratorio de ideas, formas, entre profesores y alumnos (no como en Coruña…). El mito ideal de la Escuela (1968-1972) será exportado a otras escuelas.

En el artículo de Rafael Moneo en Arquitecturas Bis nº 23-24: 28 arquitectos no numerarios, (numerarios son los que no tienen la oposición sacada) la escuela se podía reflejar en 28 arquitectos, profesores jóvenes recién titulados. Si la escuela es tal es porque hay esa colectividad. Conforman el laboratorio de formas e ideas que se llevarán a la ciudad.

En la arquitectura contemporánea, los primeros arquitectos no habían sido educados en la arquitectura moderna; aún así rompieron ataduras con la autarquía, este cambio provocó que en los años 60 apareciese la Escuela de Madrid.

Si las ideas de la Escuela no se llevan a cabo tendremos la ciudad análoga, podremos hablar sobre todo en el eje de la Castellana análoga, como es el ejemplo del proyecto para Azca.

Lo interesante en la Escuela de Madrid, es el arranque y no tanto el desarrollo en las dos décadas siguientes que vendrán marcadas por el 20 de Noviembre (muere Franco) y la transición. En arquitectura sólo se notará a medio – largo plazo.

El cambio afectará a la Escuela de Madrid más tarde.

La transición trae consigo la descentralización del Estado, las autonomías. Aparece un sector privado que dará trabajo a arquitectos locales. El grupo que construía todo lo público en España tendrá que conformarse sólo con Madrid, siendo las posibilidades de influencia ya no tan grande. Además habrá pocos medios debido a la crisis del 73.
Ya no nos referiremos a toda España cuando hablemos de Madrid. Habrá un bajón moral al replantearse la situación, algo parecido a lo que le pasó a Viena tras la disolución del Imperio Austrohúngaro, si bien con menor intensidad en Madrid.

La respuesta será la Movida, en dos o tres años la situación se invierte. ¿Qué reflejaba la Movida? A día de hoy se engrandece su recuerdo más por lo que simbolizó que por lo que realmente fue. Colaboración general: arquitectos, pintores, cartelistas… además de lo que fue en la música. Tierno Galván, Antonio Vega, Almodovar. Nombres que representan una época de escuchas, arquitectos de la sociedad, locus de la arquitectura.

Será un punto de inflexión entra la depresión y la euforia. Coincide con el paso de la crisis disciplinar a su recuperación.

En los primeros años 70, Madrid se hará ecos de la arquitectura de la recuperación disciplinar europea con la figura principal de Aldo Rossi. Así aparece la arquitectura libertaria que da forma a la ciudad pensamiento.

Almodovar será un gran lector de Madrid. Refleja una realidad urbana, una manera particular, de detalle. ¿Cuál es el Madrid tradicional que él lee? En torno a Gran Vía, la ciudad se simboliza con esa calle, que es leída por pintores, cineastas, etc.
El Madrid central – espina lineal que sale fragmentada, secuenciada. No aparecerá la Castellana ni la Puerta del Sol. La Movida se leerá desde la Gran Vía.

¿Hay algo que sea más que centro vs periferia? Lo que no es ninguna de esas dos cosas no aparece, se diluye.
¿Cómo es la periferia? ¿Dónde aparece? Por ejemplo en la Ventilla, lugar lleno de chabolas cerca de la Castellana (el centro de la opulencia). El simbolismo de la Ventilla: va desapareciendo durante la película absorbida por la zona de la Plaza de Castilla. Esta lectura se hace con otros barrios.


Delegación Nacional de Sindicatos (1950-51) / Torres Blancas (1961-69)
Entre el edificio de Cabrero y el de Sáenz de Oíza teníamos la recuperación de la modernidad.
Y en ese momento arquitectura española y madrileña se confundían.

Bankinter (1950) / Torres KÍO (1990-96)
Con Bankinter Moneo interpreta una preexistencia como estímulo, no como algo a derruir.

Las Torres KÍO de John Burgee parece que se caen pero marcan la vertical. Asentada en la Puerta de Europa.

Entre ambos edificios se desarrolla la escuela de Madrid.


Bibliografía:

Arquitectura Bis, nº 23-24: Madrid’78 (jul-sep 1978), tres artículos (leer / descargar)

- Notas sobre una generación (sobre la Escuela de Madrid)
- Un paseo por la Castellana (ciudad real vs ciudad análoga)
- 28 arquitectos no numerarios (profesores no numerarios de la escuela): De las Casas, Navarro Baldeweg, Casares y Ruiz, Bellosillo y Fauquié, Junquera y Pérez Pita, cotelo y Puente, Velasco, Vellés, Valdés, etc.

Moneo habla de los nuevos para mencionar la escuela de Madrid. Esos hombres tienen un futuro desigual hoy, algunos son maestros. Se titulan entre el 68 y el 73, salvo De las Casas, Navarro Baldeweg. Jóvenes en edad y formación y cuyos maestros fueron los representantes anteriores: Oíza, de la Sota, Cano Lasso, Fernández Alba, Vázquez de Castro, Carvajal, etc. Colaboran en ocasiones otros (Corrales y Molezún).
Se podría hablar de la escuela sin hablar de sus grandes maestros.

Vivienda Social
Importante. La fábrica experimental de los 50 (Corrales en Coruña, Oíza…) Supone un laboratorio de estándares mínimos superficiales, económicos, etc. Estas viviendas intentan erradicar los asentamientos chabolistas que existen en el centro de Madrid, entre calle Fuencarral y el eje de la Castellana. En este espacio se construirá un centro comercial.

Infraestructuras
La relación entre la periferia Norte y la periferia Sur nos permitiría hacer una comparación entre ciudad real y ciudad análoga. Las vías de circunvalación de Madrid como la M-40 generan una periferia urbana. Totalmente distinta a hoy, a pesar de que no se ha destruido lo existente; se ha contextualizado de forma diferente.
En los 90, la ampliación de Moneo para el AVE, con la Estación de Atocha. Ésta actuación aporta, a una ciudad confusa y caótica, sentido a ese sector de ciudad que es casi medio Madrid.

M-30
¿Cuál es el elemento emblemático de los 70-80? La M30, la Avenida de la Paz. Representará a Madrid. Reutilización de la vaguada del Abroñigal (similar a la Castellana). En este caso no para peatones. Homogeniza Madrid y nos liga a Los Ángeles, Detroit. Ya nadie piensa que una calle para caminar sea importante.
Empezará a construirse no unitariamente.

Será a la vez operación de infraestructuras, operación urbanística y operación arquitectónica. En poquísimo tiempo pasamos de Abroñigal a chabolas y de ahí a espina dorsal vertebradora.
La arquitectura llegará después y dará carácter no como una actuación unitaria; serán actuaciones puntuales. Los edificios nuevos transmiten el panorama de esa pieza de ciudad que puede ser la M-30.

Mercamadrid (1986-1990)
(Situación)
Mercado como infraestructura. Elementos ya impropios del centro, muy lejos, donde el Manzanares se une con el Jarama.
Tiene la superficie del Madrid de Carlos III.
Ciudad especializada.
Ciudad del amanecer.
Edificios en su alrededor principalmente banales; significativo a nivel urbano.


Barajas
En la imagen, la terminal proyectada por Gutiérrez Soto en 1930.

Éste pabellón, que se tira, se va ampliando.

Terminales 1, 2 y 3
Pistas vs Ensanche de Castro: si añadimos los aparcamientos, el aeropuerto lo sobrepasa.
Los aparcamientos nos dan la dimensión del aeropuerto.
La ampliación se hará entre los 70 y 80; hacia el Norte la T3 y hacia el Sur la T1.

Terminal 4. Richard Rogers, 1997-2005
Maqueta de la T4. Rogers plantea un modelo ampliable.


Estación de Chamartín. Corrales y Molezún, 1972-76
(Situación)

Propuesta de Zuazo en el 29, con la racionalización de la estructura ferroviaria madrileña, se construye en los 60. El edificio actual, de los 70, por Corrales y Molezún. Formas legibles, identificables como nueva estación.
Organización en plataformas que generan patios.
Bóveda expresiva que identifica la estación.
De la Guía del COAM: [+/-]
Esta obra culmina en su momento el proceso de realización de los accesos ferroviarios a Madrid y, según los planes oficiales, habría de ser la estación término del tráfico de largo recorrido, sustituyendo o reduciendo la función de las demás estaciones de la ciudad.
El conjunto consta de una estación de largo recorrido y otra de cercanías, ambas con enlace con el ferrocarril subterráneo de la Castellana; un aparcamiento de coches cubierto, un edificio de autocama y de facturación de mercancías, un hotel de 378 habitaciones, restaurantes y locales comerciales y una central térmica, complementados posteriormente con edificios de correos, aduanas y otros servicios.
El edificio se desarrolla en una serie de plataformas situadas por encima de las doce vías que a él llegan y de los andenes. A la estación de largo recorrido se accede mediante un complejo sistema de calles elevadas, que llegan hasta un doble anillo de circulación y dan paso al vestíbulo general de viajeros, dotado de servicios técnicos y comerciales, desde el que bajan las escaleras de comunicación directa a los andenes, obteniendo así una gran independencia en las circulaciones. Desde allí parten también las escaleras de comunicación con la plaza peatonal situada encima. En la planta superior, sobre el vestíbulo de viajeros, se sitúan el restaurante y el centro comercial; estos espacios presentan una gran calidad espacial obtenida mediante la resolución formal de las cubiertas con un sistema de bóvedas de cañón, en las que se opta por una estructura espacial articulada de malla triangulada, alternadas con cubiertas planas y la apertura de huecos sobre el vestíbulo. Al sur se desarrolla una amplia plaza peatonal que, enmarcada a su vez por el hotel, locales comerciales, sala de fiestas, bolera, cine, etc., está pensada como enlace de todas las funciones del nivel inferior y como centro de esparcimiento de la estación. Paralelamente a la dirección de las vías, al oeste, se sitúa el edificio que alberga los servicios de cercanías, emigración, oficinas de la estación y hotel, con conexión con la red de metro. Los edificios de autocama y mercancías, situados al este de las vías, a los que se accede desde la avenida de Pío XII, están compuestos por una pequeña construcción destinada a oficinas unida al muelle de carga, con conexión al vestíbulo general, y por una amplia nave de facturación de distintos tipos de mercancías.
El proyecto recoge el concepto de macroestructura contenedora de usos múltiples e indeterminados, que tuvo sus máximos exponentes al final de los sesenta en proyectos como la Universidad Libre de Berlín, de Candilis, o el Plan de Tokio, de Kenzo Tange..., en un intento de demostrar que en un edificio de programa predominantemente funcional el Movimiento Moderno sigue siendo válido.


Pabellón de España para la Exposición de Bruselas. Corrales y Molezún, 1958
(Situación)
Será seleccionado mejor pabellón en la Expo de Bruselas de 1958.
Se trae a Madrid y se monta en la Casa de Campo con otro cerramiento conservando su estructura de paraguas.

Molezún será el mejor dotado de su época. Supuestamente empieza cada proyecto desde cero, por eso es tan difícil seguirle la línea.
Corrales, sobrino de Gutiérrez Soto, le pone los pies en la tierra.


Edificio Bankunión. Corrales y Molezún, 1972-75

(Castellana 46)
Corrales y Molezún siguen evolucionando. Casi enfrente de Bankinter. La construcción de un edificio en la Castellana parte del avance de un nuevo periodo.
Contado el proyecto como proceso de investigación continua. Sacan fuera las instalaciones, liberando alturas y ganando una planta. Al sacarlas las hacen elemento expresivo, articulador de formas (recordemos el Pompidou). Si quitamos eso, casi una obra miesiana: estructura, carpinterías,…
Tenían unos 50 años.

De Arquitectura de Madrid siglo XX, por Gabriel Ruiz Cabrero: [+/-]
Corrales y Molezún terminaron en 1972 el edificio Bankunión. Una bóveda de cañón corrido de aluminio rojizo remata un paralelepípedo del mismo material y vidrio en franjas horizontales. Todas las tuberías del edificio son exteriores, en principio, porque así su superficie no computa y, en verdad, para conseguir ese aire mecánico. Por este aspecto los madrileños lo llamaron “la cafetera” y fue durante un tiempo imagen de modernidad.

De la Guía del COAM: [+/-]
El proyecto es el resultado de un concurso privado convocado por la entidad bancaria original para la sede de sus oficinas principales, que posteriormente se modificó de acuerdo a nuevos criterios de la propiedad. Es un edificio lleno de innovaciones y a la vez de compromisos, tanto con su ubicación como con un momento cultural en que se debaten las recuperaciones históricas que propone una incipiente posmodernidad.
Se proyectó según un criterio de aprovechamiento máximo de la luz del día pero con protección solar de los huecos, agrupando los servicios, instalaciones y comunicaciones en los testeros para conseguir la máxima elasticidad en planta. El sistema estructural con soportes en fachada y gran forjado único de 15 m de luz trata de conseguir una diafanidad interior que se ve potenciada por la ubicación externa del aire acondicionado, canalizado por los antepechos de las plantas procedente desde unas columnas verticales exentas, permitiendo la máxima altura y luz de los ventanales.
La gran bóveda de cañón que cubre el edificio crea un ambiguo compromiso con el conjunto de grandes cúpulas y bóvedas del eje de la Castellana y, a la vez, con la imagen de un gran contenedor tecnológico, remarcado por el color rojo metalizado de la chapa que recubre las fachadas. Lamentablemente el cuerpo posterior de oficinas que acompañaba al edificio principal en el límite de la parcela de la calle Serrano ha desaparecido.



Edificio Girasol. José Antonio Coderch, 1964-66

(Ortega y Gasset 23)

En pleno ensanche.
Lectura: pieza de la ciudad sin tenerla en cuenta. Rompe la parcela del ensanche mediante la diagonal, buscando el soleamiento.
Criterios plásticos nuevos, marca de la escuela de Barcelona en el centro de Madrid.
Se tomará como una impertinencia urbana.

De Arquitectura de Madrid siglo XX: [+/-]
El arquitecto barcelonés José Antonio Coderch de Sentmenat, tras la Guerra Civil, se traslada a trabajar unos años a Madrid, pero pronto vuelve a su ciudad natal. A pesar de ser un gran conocedor tanto de la arquitectura moderna, como de la arquitectura popular mediterránea, Coderch es un arquitecto de investigación solitaria. Su máxima preocupación es hacer del espacio doméstico un lugar para vivir del mejor modo posible y su principal método es resolver los problemas según la naturaleza del encargo.
Durante años, la mayor parte de su actividad se centra en trabajos privados en Barcelona y en la costa mediterránea. En 1965, recibe el encargo de una inmobiliaria para realizar un edificio, en un solar procedente de un derribo, en el mejor sitio del barrio de Salamanca. En líneas generales el planteamiento a seguir será este: un solar, de unos 24 por 60 metros, terreno caro y en zona privilegiada, que había que aprovechar al máximo, y por otra parte, al ser viviendas de lujo, debían ser todas exteriores. La solución era complicada y Coderch adoptaría un escalonamiento por terrazas en la fachada como mejor solución.
Coderch podría haberse basado en lenguajes formales del entorno de la zona, pero ni a la propiedad ni al arquitecto les interesaban los formatos tradicionales. Así, el Edificio Girasol no encajaría dentro de la imagen de viviendas tradicionales de este barrio del siglo XIX.
En la calle Ortega y Gasset c/v a la calle Lagasca, a la cual presenta su mayor fachada, la orientación no era ideal, por lo que Cordech optó por introducir la diagonal. La solución le permitió buscar un sol de mediodía que la orientación de la calle le negaba. Cordech concebirá este edificio como viviendas unifamiliares, profundas y que evitan los patios interiores de luces, y planteará la casa alrededor de un patio-terraza abiertos a fachada, asomándose a la calle. Cada pieza va a tener un valor en sí, sin supeditarla a una forma más amplia en la que se integra. Esta vía compositiva de módulos individuales le permite al arquitecto moverse con absoluta libertad, y crear una coherencia entre simetrías y usos. La fachada posee una gran vivacidad, actúa y se hace sentir, no sólo por la variedad de sus materiales, madera, cerámica, vidrio, metal, sino también por los atractivos volúmenes y las líneas ascendentes, cruzadas, horizontales.

De la Guía del COAM: [+/-]
Se trata de una de las escasísimas obras del arquitecto catalán Coderch en Madrid y, sin duda, una de las más emblemáticas de su producción, por su carácter polémico y empírico.
Construido el edificio en el solar en esquina que ocupaba el derribado palacete de D. Francisco Silvela, obra de 1898 y pionera en este Barrio de Lista, su singular propuesta organicista, con planta en peine y disposición de viviendas en diagonal hacia la calle de Lagasca, viene condicionada por el máximo aprovechamiento del terreno y sus dimensiones, las orientaciones y la privacidad de las vistas. Influido por sus experiencias unifamiliares de Cadaqués, y desvinculado del entorno urbano, Coderch concibe la vivienda de lujo como un conjunto de piezas formales con valor en sí mismas, enlazadas con gran libertad, pero supeditadas a un orden mayor. A su vez, cada vivienda, una a la calle José Ortega y Gasset y cinco a la de Lagasca, es independiente de las demás del nivel, a modo de bloques adosados que cuentan con su propia escalera y ascensor y se desarrollan alrededor de un patio o terraza. Al exterior, un revestimiento de plaqueta cerámica, que delata su condición no estructural, envuelve el edificio, adoptando formas ondulantes entre celosías de madera, que transmiten gran serenidad y calidez.


Viviendas en el Barrio de los Jerónimos. Julio Cano Lasso, 1958-61
(Espalter 8-10)
Traseras al jardín botánico.
También impertinente pero solo su planimetría.

También trabaja en Galicia: el Burgo de las Naciones en Santiago. Después se encargará del Auditorio de Galicia construido después de derrumbar el Burgo.
De la Guía del COAM: [+/-]
Este edificio constituye una de las primeras actuaciones contemporáneas que se realizan en el Barrio del Buen Retiro y, sin duda, la mejor resuelta, y eso a pesar de las dificultades que planteaba el solar: su emplazamiento, en un tejido urbano consolidado y considerado una de las mejores zonas residenciales de Madrid, su forma trapezoidal, sus dimensiones, gran fondo en relación con la fachada y en proporción 1:3, la fuerte inclinación de la calle Espalter, 7,5% de pendiente, la diferencia de cota entre ésta y el Jardín Botánico, su linde posterior, de aproximadamente 7 m., y la excesiva profundidad del firme, entre 12 y 15 m. por debajo de la rasante de la acera. Estos inconvenientes se verían agravados por el carácter de las viviendas, de gran categoría, debido a su ubicación.
El acierto de los autores fue conseguir el máximo aprovechamiento del solar, optando por la creación de cinco patios, uno abierto a la calle y mancomunado con la propiedad aledaña de Espalter nº 6, lo que les permitió aumentar la fachada a la vía pública y mejorar la distribución de las viviendas, dos con vistas a aquella y una hacia el Jardín Botánico, concebidas como células independientes, con dos núcleos principales de comunicación vertical y uno de servicio. Cuenta con doce niveles: dos de sótano, iluminados por el frente posterior, el inferior destinado a cuartos de instalaciones, trasteros y vivienda del portero y el superior a garaje y estudio del pintor Fernando Álvarez de Sotomayor, director que fue del Museo del Prado; planta baja con la residencia de éste más portales, siete de pisos y dos áticos, lo que resulta un total de 27 viviendas de tres tipos distintos en función de su superficie, entre 200 y 400 m2. En alzado destaca la fachada al Botánico o mediodía, de gran movimiento y contraste, con salientes y entrantes para terrazas y miradores que buscan diversas orientaciones y potencian, compositivamente, el claroscuro. Este edificio de Espalter puede considerarse un precedente tipológico para otras obras residenciales del arquitecto Cano Lasso en Madrid, no en vano fue aquí la primera, como las viviendas de la calle Basílica.


Viviendas en C/ Basílica. Julio Cano Lasso, 1966-71

(Basílica 23)

De la Guía del COAM: [+/-]
Viviendas de promoción directa del Instituto Nacional de la Vivienda (INV), realizadas por Julio Cano Lasso en colaboración con Alejandro Blond González y Alfonso García Noreña, en las cuales se combina el uso residencial con la disposición en las plantas baja y primera de locales para las oficinas de la Delegación Provincial del Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo (MOPU), hoy Instituto de la Vivienda de Madrid (IVIMA).
La construcción comprende la ordenación de media manzana, en la que se intenta rescatar el patio de manzana como espacio urbano, dándole un uso activo. En palabras del autor, el proyecto partió del condicionante del bajo presupuesto, tratando de conseguir con reducidos medios económicos unas viviendas de tipo medio acogidas a leyes de protección estatal. Con estas premisas se pensó en un esquema constructivo sencillo, de fábrica de ladrillo barato pero que en grandes masas adquiriera rotundidad y potencia. La idea era realizar una arquitectura racionalista de ladrillo basada en su gran sencillez, equilibrio y contención formal. Su diseño es marcadamente cubista con grandes planos y aristas, reforzados en su purismo abstracto con la continuidad de la textura del material; presentándose asimismo como elemento fundamental en el esquematismo y desnudez de la composición el juego de huecos y macizos.




miércoles 13 de mayo
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miércoles 20 de mayo

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