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Apuntes Martes 24 de Marzo

| miércoles, 15 de abril de 2009

24 de Marzo, Martes
Comenzamos el 3er parcial durante el cual necesitaremos más referentes exteriores a Madrid que en los anteriores. Serán las clases de Abelleira, José Ramón seguirá con Madrid.

Madrid Contemporáneo / Planeamiento Urbanístico / Problemáticas – Procesos Urbanos / Construcción de la Ciudad

Hoy enlazaremos con el 2do parcial a través del planeamiento:


En el mundo se produce una gran ruptura con la II Guerra Mundial (1939 – 1945). Antecedente de esta guerra será la Civil española, de ahí que la fractura para nosotros comience en 1936.

En Madrid el corte será doble: bélico (se extenderá durante la autarquía) y un antes y después en cuanto a la modernidad. A efectos urbanos no afectará pero sí a efectos arquitectónicos. Habrá cierta contemporaneidad hasta los 50. Lo que suceda a partir de ellos será lo que influya directamente en el presente.

Con el Plan Zuazo finaliza el segundo parcial y arranca el tercero.
El Plan Bidagor de 1941 se aprobará muy deprisa tras la guerra. Será el primero en tener en cuenta todos los aspectos científicos que exigimos a día de hoy.
Con cierta vigencia, será sustituido en 1961 por un plan redactado por la Oficina Técnica Municipal que durará 20 años.
Se dará un cambio radical en el 82 con el Plan Mangada, que será revisado en el 92 introduciendo Madrid en este siglo y dando un salto hasta un nivel supramunicipal.

La Guerra Mundial comienza el 1 de septiembre de 1939, justo después de que finalice la española (1 de abril del 39). La Guerra Civil será dramática para Madrid, mucho más allí que en el resto de ciudades.

El Plan Bidagor coincide con la posguerra, en la época más dura. ¿Qué esperaba de Madrid el nuevo régimen? Lo primero que se plantea es si se merece seguir siendo la capital. Una vez se decide que sí, verán en qué condiciones, con qué ideales. Al tiempo la II Guerra Mundial irá variando el entorno internacional lo que también influirá.

La reunión de arquitectos en mayo del 36
Situación política plural la de los integrantes de la foto en 1936. En el 39 varios ya no están. Pedro Muguruza (de pie 2º por la dcha.) tendrá la confianza del nuevo estado para cuestiones de arquitectura, será el hombre de confianza de Franco.

Bidagor es un hombre de confianza tanto de Muguruza como de Zuazo (de pie 5º por la izda. y confinado inicialmente en Canarias). Es un joven de 35-40 años que había trabajado con Zuazo y en el que confían tanto el urbanista como el encargado de la arquitectura del régimen.

En principio no aparecen más nombres.

Los ganadores del conflicto tienen unos ideales que desean plasmar arquitectónicamente. Al principio se dan contactos con el fascismo internacional, pero acabada la guerra en los 40 eso no estaba muy bien visto. España no será un socio de fiar por lo que se queda aislada. Es la época del hambre, mayor aun que durante la guerra. El único país que venderá comida a España será Argentina. Y mientras tanto en Europa se reparten el Plan Marshall.

Los americanos no llegarán hasta el 53. A todo este período se le conoce como la Autarquía. En ella podemos distinguir tres fases:
- Abril – Octubre de 1939
- II Guerra Mundial, 6 años
- Cuarentena posterior

El Régimen (de Franco, así se autodenominaban), con afán propagandístico dirá que ese sistema es lo que se pretendía, apañarse solos sin la ayuda del exterior. Acorralados, plantean la autarquía como algo positivo y se querrá una arquitectura que responda a ese ideal. Se irá definiendo con un gran papel por parte de Gutiérrez Soto (el aviador del Ministerio del Aire).

En 1953 llegan los americanos, los acuerdos preferentes con los USA que se continuarían con la incorporación de España a la OTAN, ya en 1982, uniéndose a más países. Se podrá plantear una nueva opción, que también será arquitectónica, una nueva modernidad. En Madrid ya a partir del 53, más tarde en otras ciudades. Oíza le dirá a la cara a Gutiérrez Soto “menos piedras y más frigorías”. Será un Madrid diferente.

Con los 60 llegan los Planes de Desarrollo (1964-75). A partir del 56-57 habrá un cambio económico. La economía pasa a ser planificada a base de planes de desarrollo (un invento ruso años antes) de duración determinada. Una acción de gobierno unitaria por encima de ministerios, para ir avanzando escalón a escalón.
En 1959 se aprueba el Plan Nacional de Estabilización Económica. La estabilización (apretarse el cinturón) traerá como efecto la emigración. Para vivir hay que exportar... mano de obra. A Alemania, Suiza, Reino Unido, etc. De este modo por un lado se sanea el mercado interior y por otro se propicia el plan de desarrollo. Con él llega una nueva mentalidad y por tanto un nuevo ideal de ciudad. Para España supondrá un salto tremendo. Habrá cosas nuevas que tendrán su reflejo en la ciudad.

El Plan del 61 de la Oficina Técnica Municipal será el que responda a la situación. Un plan de desarrollo de Madrid a nivel urbanístico encajado perfectamente en su época.

En los 70 se vivirá por un lado la crisis económica y por otro la Transición a un estado democrático. Será la 1ª gran crisis tras la guerra mundial, tras 30 años de bonanza. Se notará con por ejemplo los apagones en la ciudad. En España se acentuará por el final del régimen, tocaba cambio. Ambos factores influirán en la arquitectura.

A efectos urbanísticos la transición traerá el Plan Mangada del 82 con una visión muy distinta a lo anterior. Se piensa en la estabilización urbanística, Madrid no crece. Será un error, se demostrará falso.

Durante los 80 se recupera la economía y llegamos al 92, el Spanish Year, con la Olimpiada de Barcelona, la Expo de Sevilla, el AVE o la Capitalidad Europea de la Cultura en Madrid.

Madrid 2012-16 es la nueva ilusión tras lo del 92. Se acompaña de la actual crisis que afectará a esa idea de ciudad.


A día de hoy vivimos en España unos 46 - 46,5 millones de personas. Éramos 30 millones a principios de los 60, se ha multiplicado la cifra por vez y media. El gran salto es debido a la inmigración. La curva demográfica, tendida desde los 60 ha pegado un subidón. Cuando éramos 45 millones se repartían: 8 en Andalucía, 7 en Cataluña, 6 en Madrid y 24 en el resto del territorio.

Madrid a día de hoy contará con unos 6,5 millones, frente a los 3 de 1982 con el Plan Mangada. En 1961 contaba con 2 millones y justo en la guerra con 1. Del siglo XX al XXI ha pasado de unos 4 a 6 ó 6,5 millones. Ese es el reto 2012-16. Acaba de llegar un tercio de la población a la que habrá que integrar. El problema arquitectónico es obvio, ¿dónde los metemos? Ya en 1961 se dio el mismo problema, hubo que construir de golpe miles de viviendas.

Bibliografía:

Madrid, 40 años de desarrollo urbano

Se trata de un libro de la época del Plan Mangada. Nos interesa un artículo reproducido de Moneo de los años 60: Madrid en los últimos 25 años (páginas 79 a 94). La visión de un estudiante inteligente recién licenciado. Nos interesa la visión de ese arquitecto menor de 30 años.

Madrid en la Actualidad
El Madrid del tercer parcial, se entiende mejor yendo hacia atrás.


Plano de 1875 (IGN)

La dialéctica entre esta imagen y la anterior será lo que veamos en el tercer parcial.

Plano de 1910 (Núñez Granés)

Madrid contaba con medio millón de habitantes en 1900. Aquí rondaría los 600.000.
La ciudad crece por las carreteras de salida sin haberse llenado el ensanche.

Plano de 1944 (IGN)

Ésta es la ciudad sobre la que se aplicará el Plan Bidagor.
En los 30 Madrid contaba con 1 millón de habitantes.

En 1944 se ven reforzadas las vías de salida: Vallecas, Barcelona, etc. El Ensanche está bastante completo. Los parques urbanizados se están llenando.


Plano de 1962 (IGN)

Ya con dos millones de habitantes.

El ensanche está lleno, lo mismo que las vías que casi se juntan. Casi podemos hablar de un continuo. La Ciudad Lineal como enlace.
Tanto al norte como al sur.
Quedan las cuñas verdes de la Casa de Campo y el Retiro.
Ya se invaden y se han anexionado municipios vecinos.

Plano de 1975 (IGN)

Con más de 3 millones de habitantes, la ciudad se ha expandido en todas direcciones. Está llena la cuña del retiro que casi llega a Vicálvaro, y el Corredor del Henares muy construido. Del otro lado del Manzanares, también se observa una media luna construida.

Plano de 2008
Está todo colmatado. Hay que hablar de toda la provincia, el salto de Gallardópolis a Esperalandia.


Estructura actual de Madrid comparada con la del XVI

Ninguna de las dos Castillas está preparada para soportar Madrid, de ahí que se haya convertido en comunidad autónoma.
Los núcleos vecinos forman parte de toda una estructura territorial.

Crecimiento 1850-1936 y 1940-1975

Los esquemas de crecimiento.
De 1940 a 1975 se dan crecimientos diferentes al norte mientras el sur crece en anillos.

Plan Zuazo (1929). Estructura básica

El Plan Bidagor tomará el Plan Zuazo como punto de partida. Bidagor había trabajado con Zuazo y también era hombre de confianza de Muguruza.

Zuazo y Jansen apuestan por un vector de crecimiento, con una presencia física en el trazado más o menos monumental a la vez que con sistemas estructurales.
La Castellana crece como 3 km y medio hacia el norte hasta conectar con la carretera de Francia, y podría seguir creciendo más aun.
Todo ello reforzando las infraestructuras.

Esquema del Ferrocarril

Varias estaciones quitan protagonismo a las dos que había. Se construirá el “Túnel de la Risa” bajo la Castellana, que no funcionará hasta los 50.
Otro vector transversal enlaza Coruña con Barcelona.

Zonas Verdes

Croquis de la Arteria Fundamental y Plano de la actuación de la Castellana

Plan de Extensión (1931)

Zuazo y Jansen no ganan el concurso pero su propuesta es considerada la mejor. Será la base de los planeamientos posteriores.

Responde al problema del ocio, semejante a la Ciudad del Ocio de Barcelona y lo que se proponía en los CIAM.
Se pretende un ocio de playa, en el Manzanares y en el Jarama.
Se plantean dimensiones grandes de crecimiento en círculos concéntricos, con el objetivo de abarcar funciones que no caben en el Madrid existente, lo que se comentó del ocio.
Lo más importante es su planteamiento a nivel territorial.

Plan Bidagor (1941-46). Zonificación.

Tardará 5 años en aprobarse, de ahí el 1941-46. El 41 podemos considerarlo prácticamente el día posterior al que finaliza la guerra.
Sobre las experiencias previas del Zuazo y Extensión, afrontará el crecimiento de forma acorde a los ideales del nuevo régimen. Se dará una doble contradicción, la de los ideales franquistas con los de la modernidad, y el pensar a escala territorial y actuar solamente en la ciudad. Se convertirá en papel mojado por esas contradicciones.

Al plantearse sólo para la ciudad capital: ¿debe volver la capitalidad a Madrid, y si vuelve cómo? Pues con la retórica representativa de una nueva fachada de la ciudad. Desde lejos la fachada del Manzanares, que se extiende sobre todo hacia el norte, y a escala cercana la Castellana convertida en Avenida del Generalísimo: la imagen de la nueva ciudad que ya se está construyendo en los Nuevos Ministerios. Tardará tanto en hacerse que se acabarán superponiendo las imágenes.

Con tipologías más propias del planeamiento anterior (ensanche). Responde a lo que se quiere: la capital del nuevo estado.

En la práctica se va abandonando poco a poco. No se puede reducir la ciudad a una función de capitalidad si se quiere que sea una capital de verdad.
Por ejemplo, se quiere construir allí la universidad de toda España, y por eso se continuará su construcción y con más fuerza. Se expande en los 40 y en los 50 ya tanto que se empieza a perder el carácter de universidad-jardín. Y la Residencia de Estudiantes se reconvertirá en el CESID.

Plan Bidagor. Zonas Industriales
Tímidamente en el Plan Bidagor.
Madrid tendrá que ser la 1ª ciudad industrial de España. Para ello habrá que romper la competencia con Barcelona, y para ello acumular mayor población. Debe convertirse en la ciudad más grande y en la más industrial.
Así se crearán las grandes industrias transformadoras. Limpias, o casi limpias. Esto se planteará ya, tímidamente, en el 41.

En el 39 el planteamiento era sólo de representatividad, se ha producido un cambio en la visión de la ciudad. En los 40 se esboza y a partir de los 50 se desarrolla la industria.

Plan Bidagor (el de antes)
Vemos más funciones además de la residencial, si bien ésta sigue siendo la preeminente y la que más destaca. Aun no han llegado las grandes operaciones industriales.

De “Los años 40 en España” (Lluis Domènech):[+/-]
El Plan Bidagor es una superposición de ideas técnicas modernas, basadas en el Plan de 1929, con ideas conservadoras de raíz ideológico-política que definen principalmente la estructura jerárquica de la ciudad y la figuración de ésta en términos de utopía franquista. Así, mientras se mantiene la idea general de trama racionalista, basada en logros de optimización en la circulación, en la uniformidad racional de desarrollo, en la funcionalidad de la estructura de barrios, la idea de Jerarquía se configura a través de la ordenación escalonada de funciones en la ciudad, cuya lectura a nivel formal debía ser inmediata para el que contemplara Madrid desde un punto de vista exterior. Surge, pues, una idea, como tantas de la época, de raíz neoplatónica, consistente en la formación de una ciudad cerrada, con una relación clara y diferenciada respecto al campo y con una “fachada” que mostrará, a través de su silueta, aspectos que en las antiguas ciudades definían el orden de jerarquía que presidía de una forma natural el desarrollo de la urbe.
El Plan del 41 tratará artificiosamente de redefinir una ciudad que se extiende inexorablemente dando origen a los primeros suburbios, cortándola y formalizando sus límites respecto al campo, segregando al mismo tiempo los núcleos independientes que absorben el crecimiento de población de la ciudad, directamente relacionados con la producción agrícola y que cumplen la función productora y de suministro a la urbe central. Ésta operación será difícil, pues Madrid, en las primeras décadas de siglo, ha superado sus límites clásicos confundiéndose en el territorio nacional con otros núcleos urbanos de menor entidad.
Bidagor, no obstante, intenta forzar la situación y se propone restituir a Madrid el antiguo Orden, operando con técnicas modernas: para la delimitación de la ciudad, intenta aprovechar la idea de anillos verdes que contenía el Plan del 29 junto con las antiguas preocupaciones de Fernández-Balbuena sobre la reserva verde del Valle del Manzanares. Asimismo, la depresión del Abroñigal ayuda a cerrar este teórico cinturón verde.
Para constituir la fachada de la Capital Imperial, se piensa precisamente en la cornisa que origina el Manzanares y en la que ya se emplazan algunos de los edificios representativos del Madrid antiguo: porque esta zona, según el Plan, “reúne el paisaje típico velazqueño de la sierra madrileña, la belleza de las luces de Poniente, el prestigio histórico de los recintos antiguos con el recuerdo de la Primera Reconquista, la tradición Imperial de esta fachada, la emoción de la lucha y la victoria de la Segunda Reconquista, y, por lo tanto, la Capitalidad debe organizarse, exaltarse y representarse en el Valle del Manzanares”.
La memoria de la Junta de Reconstrucción continúa diciendo: “Allí se ubicarán los tres edificios simbólicos de la máxima evocación nacional, correspondiendo a los principios vitales de la nueva España: la Religión, la Patria y la Jerarquía se expresan en la Catedral, el Alcázar y el nuevo edificio FET y de las JONS, emplazado en el sagrado solar del Cuartel de la Montaña”.
Otro intento de formalizar simbólicamente la ciudad es el de establecer tres entradas en ella, confluencia de tres magnas vías: la Vía Imperial, la Vía Victoria, y la Vía Europa, que no son sino tres arterias “recicladas” del antiguo y funcional Plan de Accesos a la capital y que corresponden a: la Vía Imperio que recoge las carreteras del Sur-Oeste y accede a la Plaza de Atocha, conectando con el gran eje que, ya desde el Plan Zuazo, se había potenciado: la Castellana y sus distintas denominaciones sectoriales; la Vía Victoria que recoge las rutas del Nor-Oeste (carretera de La Coruña) y choca frontalmente contra el alzado monumental del Manzanares, cruzando a través de la Casa de Campo. Aquí debe ubicarse el Monumento a los Caídos y a la Victoria, y desde esta puerta se saldrá para ir triunfalmente el Valle de los Caídos y al Escorial. La Vía Europa es la entrada Nor-Este a la ciudad y en relación a su situación geográfica más cercana a Europa y al contexto más moderno de su carácter urbanístico, allí se situarán las sedes de las legaciones extranjeras.
Otra idea importante del Plan Bidagor es la prolongación de la Castellana, aprovechando el esquema de Zuazo y culminando así la gran maniobra de creación de nuevas expectativas urbanísticas hacia el Norte, mientras el aislamiento de la zona Sur, con sus suburbios protoindustriales, se ha consumado con el corte que produce la citada muralla del Manzanares.
La prolongación de la Castellana en el Plan Bidagor es una versión de carácter historicista de los bloques abstractos que Zuazo había dispuesto y es, al mismo tiempo, la aceptación del núcleo de la Castellana como alternativa “moderna” al polo “clásico” que se había ubicado en el Manzanares. Aquí se desarrollarán las nuevas funciones de la Administración, y el crecimiento comercial se establecerá en un gran centro especializado. La gigantesca maqueta que se hizo de la Castellana y que publicó la revista “Gran Madrid” muestra cada una de estas funciones, unidas a la vivienda, desarrolladas detalladamente, en una ciudad fantasmagórica hecha de perspectivas solemnes; capiteles y cornisas, de fugas dequiriquianas, de manzanas de vivienda estandarizadas en un estilo académico indefinido, todo lo cual le presta un aire metafísico, de sueño onírico en el que una mano poderosa hubiera decidido todo, desde el trazado de la ciudad al último detalle de diseño de los edificios.
Pero del Plan Bidagor pocas cosas llegaron a su término. La visión urbanística totalizadora que, precisamente, se basaba en la idea del Estado planificador, creador de una imagen visual potente como acción propagandística de la Riqueza que este Estado encarnaba, era una visión utópica. No respondía a las reales fuerzas que constituían el Estado surgido el 18 de julio y que, tras los primeros años de victoria, se aprestaban a sacar rendimientos de ésta. Madrid vio cómo, poco a poco, fue pasando de la planificación a la especulación, y, una tras otra, fueron cayendo las más coherentes visiones del Plan Bidagor...


Poblados Satélites de Madrid (1948-50)
¿Cómo meter en la ciudad el millón más de habitantes que llegará a tener en 1961? El problema es serio. El crecimiento es acelerado. Al principio se lo toman con tranquilidad, Bidagor planteaba zonas verdes, jardín, en el arco este de la ciudad funcionando de separador de los núcleos vecinos.

El propio Bidagor plantea en estas zonas asentamientos hacia el 48-50 con poblaciones de hasta 100.000 habitantes: Manoteras, Canillas, San Blas, Vicálvaro, Palomeras, Villaverde, etc. Se plantean como pequeñas ciudades en torno a Madrid, aun con cuñas verdes de separación con la gran ciudad.

Asentamientos en los 50-60
Estos asentamientos se han multiplicado, habrá 40 o 50, para alojar a los miles de personas que llegan constantemente. Éste será el problema que afronten los arquitectos de la nueva modernidad.
Se envolverá Madrid con una autopista quedando fuera la mayoría de estos asentamientos.

Plan del 63
Lo veremos en próximos días.


programa de la asignatura
índice tercer parcial
miércoles 25 de marzo

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